Las crisis sanitarias, el envejecimiento de la población, las crecientes expectativas de servicios de alta calidad y el progreso tecnológico suponen un reto para la sostenibilidad y la resiliencia de los sistemas sanitarios. Estos factores ponen de manifiesto la necesidad de realizar ajustes o reformas estructurales que mejoren la salud pública y la eficiencia, resiliencia y sostenibilidad de los sistemas sanitarios, y que garanticen al mismo tiempo un acceso equitativo a unos servicios de calidad.
Los Estados miembros de la UE están llevando a cabo reformas para abordar estos retos y recogerlos en sus programas, políticas y estrategias nacionales en materia de salud. La Comisión ofrece apoyo práctico a las autoridades sanitarias para que apliquen reformas e intercambien buenas prácticas con otros Estados miembros de la UE, lo que complementa así otras ayudas disponibles.
En consonancia con las prioridades nacionales y de la Comisión Europea, la Comisión contribuye a reforzar la protección de la salud de los ciudadanos, a que los Estados miembros puedan prevenir y hacer frente a futuras pandemias, y a mejorar la resiliencia de los sistemas sanitarios de los Estados miembros. Como tal, los objetivos son, tanto durante una crisis como en condiciones normales, ayudar a proteger mejor la salud de las personas y a mejorar en la práctica el terreno para inversiones sostenibles en sistemas sanitarios sólidos y en el personal sanitario.
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